De paso por el Algarve. PORTUGAL

La verdad es que después de tanto tiempo de un lado para otro..., se agradece estar en casa tranquilita, nada, y ahora con la maleta ya desecha y la ropa en el armario, me veo con algo más de tiempo para pasar un ratito frente al ordenador.

La primera noche que pasamos en Portugal, paramos en uno de los primeros pueblitos que te encuentras pasando la sutil frontera con España, Monte Gordo; cuando llegamos, ya era de noche y pensamos que no merecía la pena buscar un Camping, por lo que acampamos en la playa con una colchoneta y el saco.



Así pasamos las tres primeras noche, cada día buscando una playita nueva, en una graciosa búsqueda de la playa "tranquila", je, je, así, la segunda noche la pasamos en Isla Tavira, un sitio muy lindo, pero demasado conocido por las multitudes; además, aquella mañana me desperté con un solo ojo, je,je, me picó algún insecto y como tengo una pequeña alergia a algunos tipos de picaduras... se me hinchó descomunalmente, vamos, que no lo pude abrir en dos días.

Y como se suele decir, a la tercera la vencida, ... bueno, o casi; Después de regresar a Ayamonte para que me viesen el ojo y me recetaran un antihistamínico, otra vez marcha atrás bordeando el Algarve. La mayoría de playas que hay desde Tavira hasta llegar a Faro, son pueblitos con isla, que para llegar a la playa tienes que tomar un barquito como en Isla Tavira, lo que suponía que debíamos llevar todo lo necesario para acampar en lo alto..., por eso decidimos pasar todas las islitas hasta después de Faro, y de este modo nos encontramos en Quarteira, una playita más tranquila de lo habitual (pero no totalmente tranquila);

para no perder la costumbre, como también llegamos bastante tarde al pueblo... montamos campamento en la playa a la intemperie, el cual tuvimos que desmontar a toda prisa en plena noche y seguir durmiendo en el coche, ya que comenzó a llover. Lo mejor de todo fue que por la mañana nos dimos cuenta de que justo al lado de donde aparcamos el coche había una zona de acampada libre, ja, ja... ya podíamos haberla visto antes, aunque más vale tarde que nunca, y aquí es donde montamos el campamento en condiciones, con la tienda, el camping-gas, la barca inflable... je, je, en realidad íbamos totalmente preparados.